Juana se levantó como todos los días muy temprano. Tomó la tijera de podar y bajó al jardín.
La estrella federal se había adornado con esas flores enormes que, en realidad, son hojas transformadas y se vuelven rojas en invierno. Cortó cinco o seis y las ató en un ramo.
Hacía frío. Un frío que cortaba más que las tijeras.
Podó las ramas de un arbusto que se empeñaba en seguir dando brotes en pleno invierno.
Pasó el desprevenido caminante envuelto en su bufanda verde...
Juana blandió las tijeras y le seccionó el cuello. Después hizo un ramo con las flores rojas que se esparcieron en la vereda.
Texto agregado el 04-09-2005, y leído por 148
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Lectores Opinan
25-04-2008
Creo que me conformaré con comentarte desde bien lejos, por simple precaución...
gui
05-09-2005
Muy original las tijeras I y II ***** fabiangs
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