La tijera de la modista se encontró en un cajón con la tijera del peluquero.
- Ayyy, si vieras la seda que corté esta mañana... hermosa tela, creo que era hindú.
- No me digas... el cabello que hoy corté también era de seda. Negro y brillante, suave...
Alguien abrió el cajón y tomó ambas tijeras. Empuñó una en cada mano y las clavó en el cuerpo dormido de la modista.
Texto agregado el 04-09-2005, y leído por 462
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Lectores Opinan
25-04-2008
Un cuento escalofriante. Tijeras elitistas que no se conforman con cortan un trozo de cartón... gui
05-09-2005
Un cuento de terror. ***** fabiangs
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