Sentí que se me adormecían las piernas, y justamente en la cabeza unas cosquillas me embargaban de felicidad, era tal mi risa, mi alegría, que el mundo se acomodaba a mi manera, todo era para mi tal cual
Como siempre había soñado, el día estaba muy claro, el cielo celeste con nubes grandes y con formas tan variadas que en ellas podía inventar un universo si yo quería.

Me acuerdo que pasé una tarde entera tratando de componer una canción, y lo logré, me sentía tan feliz, aunque claro, el tema duraba apenas un minuto, pero era tan lindo como sonaba.
Los dedos me quedaron morados de tanto guitarrear, fue la mejor tarde de música que había tenido.

Pero había algo tan extraño que persistía en mi, seguía sintiendo ese cosquilleo en la sien, y el hormigueo en mis piernas no cesaba, jajaja eso me provocaba aún más risa… quién había sentido lo mismo que yo por más de un día? Por un momento llegué a pensar que esa sensación era parte de la misma alegría que sentía, y por qué no? … si creo que nunca me había sentido más feliz.

Tenía tanta emoción en el alma que decidí salir a caminar por Vespucio , repitiendo una y otra vez mi canción sin parar, la llevaba anotada en un papel todo roñoso para poder aprendérmela, iba tan concentrada en la letra de la canción que no me di cuenta que estaba lloviendo, derrepente sentí toda la espalda mojada, miré hacia el cielo , que aún no se oscurecía, de hecho eran como las seis y media, y no había ni una sola nube negra, sólo blancas y por lo demás muy pocas, me dolían los ojos y el cuello de estar tanto rato mirando para arriba, y cuando pensé en bajar la vista, me percaté de un arcoiris gigante, increíble, muy brillante, podía distinguir cada color, cualquiera que yo hubiera querido imaginar ahí Estaba, la vista que tenía era la mejor, me fijé en los rostros de la gente que caminaba al lado mío y casi me espanté, por qué todo el mundo parece enojado? Algunas personas me miraban como si estuviera loca, creo que era por llevar más de media hora mirando hacia el cielo, jajaja … en todo caso no me molestaba, me gustaba sentirme como un bicho raro.
Bueno, creo que me fui por las ramas como decía mi abuelito que nunca conocí , jajaja… la cuestión es que al final el cielo se oscureció y el arcoiris se extinguió, tan lentamente como una brasa en plena chimenea ,y seguía lloviendo, empapada entera continué cantando mi canción, hasta que me la aprendí.

Pucha que fue un día bacán loco, lo pase tan bien, me reí sola, lo aproveché como nunca en mi vida, ojalá mañana pueda tener un día como aquél, o quizás mejor, con cielos aún más celestes, un día nuevo, donde haya cosas tan simples , y que me alcancen para ser feliz.