La mirada de ella no es sútil
como las eles que fluyen en su nombre,
como la tela de algodón que disimula sus muslos.
Acostumbra mostrar los pechos. Impúdica. Bizarra.
Sus pies tiemblan. El erudito teoriza la sensación.

Las perlas inundando la habitación,
soltándose de los acentos de su ropa,
vociferaban malos augurios.
El poncho habría estado mejor
en la que resultó una cold cold night.
Demasiado azul. Sólo quería una caricia.
Tuvo que enfrentar una guerra de galaxias
entre las carcajadas de los vasos
llenos de esperma celeste.

Increíble que teniendo la vocación más antigua del mundo
(es puta por absoluta fe en la lujuria)
siga confundiendo sentimientos.
Lamentable que haya intentado aferrarse a un mago de circo,
si lo que buscaba era algo de magia,
el sabor de la mora a la vuelta de la esquina.
Diálogo de locos, sin interferencias:
el viento buscando reflejarse en el espejo.
Hay superficies para algunos insondables.

ella/es/yo/soy/ella/soy/yo/es
insoportablemente vulnerable.
alivia saberlo.