Lágrimas que ahogan palabras,
esas pobres caprichosas
cuya voz es olvidada.
Sin rumbo ni destino
sólo viajan por anchos ríos,
se chocan contra las viejas rocas
y reposan en lagos de suspiros
donde encuentran su calma.
Por cada lágrima derramada
hay una vida destrozada
y bajo ese aliento de destrucción,
gaseado viento huracanado,
casa del sol naciente,
porque no tuvo la culpa
Pontchartrain los abraza.
Texto agregado el 02-09-2005, y leído por 114
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
08-09-2005
wapísimo... qué te voy a contar que no sepas? Miguel_Lavariel
02-09-2005
me encanta la melodía que imprimes en cada poema...es maravilloso...5*s compañero... raes
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