Ni sé los caminos que toma el peregrino en su andar.
Así como los pájaros emigran, emigra el corazón
a un país de sueños que parecen existir todavía
y que no padecen aún, no en el alma ni en la melancolía.
Te quiero, te quiero, como anda el caminante.
Más que demasiado- digo, tal vez, no lo sé-
sigue siendo poco, como los pájaros al mar,
y no sé si mañana, algún mañana, expirarán.
Te quiero, te quiero, el peregrino es incapaz,
y yo tal vez- no lo sé, es la verdad-
no podré terminar estos versos que ni pude empezar.
Aún el país de sueños no existe, como no existe
más que demasiado, aún así- y es la verdad- te quiero,
aún no sé cuando te volviste mi universo entero. |