Hoy no sentí nostalgia por sus manos, creo que por fin logré olvidarla...
Aun puedo ver sus ojos negros en la noche,
Supongo que ya es solo sombra; aquella que me habla en soledad,
Aquella que me dice: llegas tarde!...
Es cierto que no habrá el beso dulce a mi partida ni a mi llegada,
Es parte de decir adiós, un adiós de pena o de gloria, total es un adiós.
No es que quiera volver con ella, solo es el recuerdo; solo es aquello que correspondía a la rutina, nuestra rutina:
Hola, amor!, hoy te extrañé mas que ayer, mañana te extrañaré más que hoy,
Que importa, sé que te extrañaré...Tú lo sabes también.
Debiera, yo, sentir pena porque ya no está?
Acaso tengo el deber de saber lo que hace, ahora que no está junto a mi?
No, claro que no.
Entonces...porqué el cosquilleo de saber que alguien mas besa sus labios?
O la molestia de saber que es otro el dueño de su piel?
No me importa aquel que mirándole a los ojos le dice:
Te quiero, amor, te quiero!
Total no soy yo...
Yo no extraño más sus manos, ni su perfume, ni su voz,
Ni extraño las horas del café
Ni me importa con quien lo tome hoy,
Solo sé que yo, ya la olvidé...
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