Escacean las personas que esperan algo de mi, y quiero que escaceen aún más...
Venguence, de mi risa espontánea, hiriente, quizás vacía...Venguence de mis ojos, mi boca, mis hombros, mi rostro, no de mis manos que son sólo instrumentos inocentes.
Venguence, culpenme, que prefiero su rencor, su eterno odio, que su conformidad, su dejación...
Y aquí estoy de piel, de sentidos, alma, ser humano, de pie, imperfecta, imcompleta, torpe, una de tantos, con piernas, con labios, con brazos... y más nada, dejémosle espacio a los defectos que se disparan como gotas de lluvia, que a ratos parecen acabar, mojándolo todo, arrastrando lo hermoso consigo... |