Amor:
No pensaba ni escribirte pero si lo hago es porque creo que las cosas van de mal en peor y no quiero lastimarme. Seguramente vas a pensar que, como siempre, son paranoias mías y que siempre le busco lo negativo a todo, pero a cada paso que damos me doy cuenta que esto hace tiempo que dejó de ser un juego, y tengo miedo.
Hace mucho tiempo atrás, cuando pensaba que nunca nadie me iba a querer me pasó algo inesperado. Un día me desperté soñando con sus besos y extrañando una palabra tonta: un "te quiero" estúpido que decía tras haber compartido una buena noche de sexo. Entonces me di cuenta que me estaba enamorando y empezó mi cuento.
Sufrí. Lloré. Odié. Amé. Mi amor era ciego, fuerte, tonto, loco, estúpido. Le di el alma y me la destrozó. Le di todo lo que le podía dar, mi inocencia, mi vida, mis sueños y mi cuerpo.Él me dejó por otra, me hizo trizas, me insultó, se burló de mi y yo seguía a sus pies.
Mucho tiempo estuve suplicando cariño, sabés? Y un día apareciste como el salvador de las tinieblas donde me había metido. Y creí en vos, y no miré, y me dejé llevar, y empecé a sentir. Me ocultaba tras silencios idiotas y palabras ambiguas para no demostrarte que eras importante, para no decirte a los ojos que nunca nadie se había jugado por mi, que por más pibes que hubieran pasado por mi vida nunca jamás me había sentido querida y con vos creía que era distinto. No estaba enamorada, simplemente ilusionada, y quería que me tengas compasión y me ames como yo habia amado, solamente para tenerte a mis pies a vos.
U buen día me desperté y descubrí que vos también estabas jugando. Y no lo supe enseguida, porque yo quería creerte. Pero tus propias palabras en un mensaje me hicieron rememorar viejos engaños y me di cuenta que te hacías el enamorado para pasar una nueva noche conmigo.
No digas ahora que yo soy paranoica, mi amor. Veo más que vos. Y sé lo que estás haciendo, porque durante mucho tiempo te hice lo mismo.
Solamente quería expresarte que fue muy lindo el tiempo que pasamos juntos y que me ayudaste a crecer. Finalmente ahora estoy caminando a tu lado veo que tenías razón: sos una mala persona, no podés volver a amar, me vas a hacer sufrir. Gracias por tus advertencias. Yo no quiero jugar igual y arriesgarme a perder lo que me queda de cordura por vos. No lo valés.
Hace muy poco tiempo no me dormía sin decirte que te amaba, ahora... para qué ser hipócrita? Me gustaría decirte una palabra que justifique lo que siento pero no existe, asíque solamente te digo que sos una buena parte de mis recuerdos y antes que te odie realmente, me despido.
El príncipe del cuento, otra vez huyó, esta vez, en busca de un recuerdo. Espero que lo alcance y se muera en su nube de olvidos.
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