Me dueles mansamente, como las orejas que tras tu contacto siguen calientes, y toda tú sigues presente a cada respiro, a cada paso.
Me dueles como la pena que siento ahora al verme descubierto, vulnerado, culpable, incierto, porque el amor no alcanza para tanto, como para creer que fue un acierto.
Me dueles sobre la piel que no se cansa de extrañarte a besos que le doy al aire, a que los lleve contigo, fugaces e invisibles como quisiera ser ahora yo mismo.
Me dueles mansamente, irremediable, lastimera y mortalmente me dueles, y no hago nada, sólo arrepentirme de no haber estado en otro espacio, en otro instante en que pudiera estar contigo, pero tengo que partir, volar y sin ti, sólo me resta morir.
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