Incomparables son aquellos momentos que ella vivió, al menos eso pareciera, sin embargo, ¿cuánto no daría ella por volver a vivirlos? ¿por volver a buscarle? ¿por pedir que el tiempo les diese una nueva oportunidad?
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Y terminó queriéndole, amándole, y pese a lo que dijesen los demás, pese a ella, su “ángel protector” le siguió amando y queriendo, tal vez en secreto ya que la historia nunca pudo darles el hueco que ambos debieron ocupar juntos.
Como lo asfixiante de el calor y la humedad de un lugar, como una frustración incomparable, incesante. Que noche aquella, donde llovía y el frío nos acogía, donde parecía girar todo en torno a nosotros; aquélla noche sofocante, y no precisamente por aquel clima (algo verdaderamente encantador), sino por la satisfacción, incredibilidad y emoción de tenerte a mi lado. Cierro los ojos y pareciera que aun te veo, te veo y te siento, te siento y vuelo, y si vuelo... ya muero. Aún siento el vibrar de tu cuerpo, no sé si por el frío o por el miedo, algo que le dio un toque de peligro y gozo... algo que me consoló y me atrajo a ti. Tu presencia no se ha marchado... tu cuerpo sigue aquí...me fumo tu aliento y perfume, ese olor que me mató y aun me mata; tal vez parezca loco, pero aún me mantiene extasiada. (---)
Ese bendito frío...ruido de relámpago y agua (---) pareciera que se hubiesen unido en una nota musical... como si hubiesen confabulado para preparar lo mejor de sus dones para esa noche, noche y madrugada, madrugada y amanecer.
Bendita noche la que nos unió, cuerpo a cuerpo...pareciera que se unían ambos en uno, tus manos en mi cuerpo...aquel que vibraba y temía de ti... tu boca que decía te quiero, que decía quédate conmigo; tus labios, que cada vez eran más míos, paso a paso cautivaban cada parte de mi cuerpo. (---)
Tu cabello, al despeinar el mío, formaba una maraña, aquella semejante a la de nuestras ideas: parecía decir tanto pero podía entenderse tan poco.
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Aún necesito pensar, aclararlo, sentir que realmente te siento, que realmente eres cuanto quiero... ¿Tarde? tal vez, el tiempo muchas veces es tu amigo, lástima que con nosotros haya sido nuestro peor enemigo. ¿Oportunidades? cuántas necesita uno para poder empezar... desgraciadamente el hubiera se ha convertido en una maldición, maldición que nos golpeará durante un largo tiempo. (---)
... y luego el temor, ese temor de no saber lo que haces y temerle al futuro, ese bendecido temor que te hace parar y decir que no y retroceder; cosa que te confundió pero al mismo tiempo te hizo más mío y yo... más tuya. (---) El frío, el frío y la lluvia, el sonido de un reloj y el silbido provocado por el viento al rozar una ventana daban un toque especial a la noche, un toque sublime a tan bella escena que tomo como escenario un lecho imaginario.
Luego de la confusión y el miedo llegó pronto el arrepentimiento, algo que nunca entendiste, al menos hasta ese momento. (---) La vista tuya puesta en el ventanal...abandonándome por unos momentos, y luego el cambio, tu ya te habías ido y yo tomé tu lugar observando un árbol carente de hojas, empapado por rocío y agua de la lluvia que toda la noche nos acompañó...un maullido y todo desapareció. (---) Todo se marchó, el arrepentimiento llegó pero tu no lo sabías (o al menos eso creí), y ya me amabas, y ya me querías.
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...y te quiero y te querré siempre, y te amaré... en secreto! no nos que da mas que ocultarlo! que ella bien te cuide, te respete y te adore... formaras parte de la vida mía y yo para ti, entonces, seré tan solo un recuero.
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