De un tiempo a esta parte sus cuentos siempre le parecen cortos. Cuando los da por terminados, acaba sumido en una profunda decepción, un sentimiento íntimo de ridículo literario ante lo que el considera escasa extensión de sus textos.
El contenido le satisface; la expresión es la adecuada, la ortografía y la gramática son impecables...pero le parecen breves, parcos, escasos...
“Un escritor de cuentos debería poder escribir relatos mas amplios” piensa...y a continuación repasa una y otra vez lo escrito; intentando encontrar, sin demasiado éxito, donde encajar una frase mas; algún adjetivo aunque no sea estrictamente necesario; algún giro con el que redondear el tamaño mas que el sentido o la coherencia de sus escritos.
Ahora está acabando una de sus obras; esta le parece perfecta, lleva ya mas de cuatro páginas..., si señor, esto si es un cuento; este si que es digno de un gran escritor. Se siente totalmente realizado como creador, si, este si que es un gran cuento.
La presentación es impecable, mas de 30 líneas; el cuerpo como debe ser, con entidad; el clímax perfecto, bien desarrollado...
Solo le resta el desenlace, pero... ha olvidado la trama, el asunto...cual era el argumento?, de que iba este cuento?.
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