Son las 10 en mi reloj
y un manto negro y blanco cubre mi ser
tan lejos de mí está el deseo aquél
que en cada amanecer
pegado a mi ropa me hace despertar.
Ayer bebí hasta saciarme
ayer viví y también morí extasiado,
cada día resucito en la mañana
para volver a repetir este acto
cuando el sol decae.
Hoy como ayer tengo nuevamente sed,
sed de ti y secarte no puedo
por mas denuedo que pongo en esa tarea,
tu sólo brindas a mi piel ese deseo
que me calcina, me sofoca, me turba
y ahora mis labios saben a tí y a fruta fresca
que encuentro en el manantial
que tu cuerpo tan sabiamente conserva.
Texto agregado el 31-08-2005, y leído por 156
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Lectores Opinan
16-10-2005
me gusta la idea del texto, pero quiza deverias poner un poco más de exclamación para hacerlo m
ás inteso te dejo mis estrellas ··· mirkala