Hoy sentí el desgarro. Cada tejido del pecho agarrotándose. Ese dolor que viene sin avisar y luego ya no está. Una puñalada profunda. ¿Por qué la pena duele en el corazón? El llanto hacia adentro y la cabeza a los pies. Mirando el mar. El horizonte vacío y mi alma desolada. Es el llamado de su ausencia. Y después todo está igual. Así es la muerte. No la tuya. No la mía. Así es.
Texto agregado el 31-08-2005, y leído por 212 visitantes. (7 votos)