El sol viajó por mi pensamientos
y alumbró los recuerdos de aquel día
navegando entre sabanas y mordidas
te recuerdo sin pesares
entre sonrisas combatientes y habladurías incoherentes
me voy acercando hasta el adiós
Pobre de mis palabras que son conchitos de hielo
porque el calor del sol se ha quedado en tu cuerpo
eres mi ladrón de rayos y de sedas
sedas que alojan mis entrañas
entrañas del alma prisionera de tus ojos.
Y en el calor de la noche me voy perdiendo
entre tus manos y tus labios añejos
buen vino a tomar, dos copas, dos besos, dos cuerpos
y el mar de sentimientos que está en tempestad
tempestad de momentos y razonamientos
que para hoy no existen más.
El recuerdo de un Adiós
es lo que me astilla el alma
el recuerdo de un Adiós
es lo que me aloca cada día
y al ver que se acaba la luz
amanece el "buenas noches"
Texto agregado el 31-08-2005, y leído por 117
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