El delirio que causa algo tan invisible y tan palpable en mi piel se me hace insoportable. Es algo tan inexplicable...Y a la vez tan doloroso. Crei que esta sensación la provocaba el fracaso, la infelicidad; pero no es así. He sido infeliz, he estado y quizás estoy fracasada, pero hay algo más que me roba el sueño por las noches, haciendo de mis veladas de inocencia, pesadillas. Ya nada sacia mi apetito, ya nada me hace sonreir sola, inconscientemente, si no es de ironía o propio desdén hacia mi ser. ¿ Por qué iba a tener que compadecerme de mí misma cuando la compasión es una de las cosas que odio ? No hay explicación para lo que siento. Ni creencias que calmen mi ansiedad. Siquiera caricia que me haga cerrar los ojos y sentir más allá de mis pensamientos. Es ese pequeño rincón que se me hace inmenso, queriendo hacerlo rebosar sin tener con qué. Oh, ¡ y lo que intento es levantar el vuelo con las alas rotas ! Tal y como hacen los seres de la noche careciendo de alas, sólo pensando en la felicidad de surcar los cielos y no volver jamás, llenar ese vacío de formas abstractas y angelicalmente infernales que te besen y te acunen en las ascuas del mismísimo fuego que da calor en las noches frías...Pero no, sigo aquí. Luchando a tientas en la oscuridad con la vida. Y con los ojos muy abiertos puedo comtemplar el abismo fantasmal que me aguarda, sin embargo, trato de mantener alta la cabeza, para poder dar un paso tras otro, caminar, hasta llegar al final inesperado que algún día me llegará. Me adentro en el pozo negro de la alegría muerta, vestida de luto para no destacar; sientiendo que con cada suspiro se me consume la vida. ¿ Y qué otra cosa puedo hacer que no sea seguir ? Es mi deber, mi legado. No para complacer a los demás sino a mí misma. Para poder mirar al pasado y sólo ver los momentos en que en mi rostro se dibujaba una sonrisa y no corría una lágrima. Y me faltas tú, maldito. me sigues faltando tú que eres mi igual siendo diferente en cada detalle. Tú que me haces rememorar mi alegría y mi fracaso, tú que me haces llorar por no poder tener tus caricias. Te maldigo mil veces...Y mil veces te bendigo por haberme hecho sentir un simple beso, una caricia. Cuánto te extraño, cuanto te ansío. Todo lo que me diste, nunca me llenó. ¿ No puedes hacerlo ahora que te imploro en las noches en que tanto sufro por tu ausencia ? Me has vuelto la espalda, y de nuevo me has hecho seguir sin haber querido yo mísma hacerlo. Quería sentarme a esperar, pero tu soga me impulsó. ¿ Por qué me haces esto, yo que siempre traté de cumplir tus espectativas ? Yo que siempre te veneré...Y me dejas sola, con mi pena a la espalda. Preferiría que no existieses, preferiría vivir en paz sin ti. Hazme sufrir como lo has hehco siempre...O bríndame la oportunidad de poder seguir. ¡ Seguir con alguien a mi lado que sepa llenar el vacío ! ¡¡ Maldito seas, amor !! Destrozas, consumes, desanimas, haces que las lágrimas mismas estén vacías y que el cielo nocturno carezca de estrellas que lo iluminen, que ilumnene nuestro camino. Haces esbozar una sonrisa en los peores momentos. Haces que las heridas curen con el tiempo. Pero para ello debes estar presente, y no esfumarte como lo has hehco en mi vida. Y que lenta la angustia reprimida en el fondo de la mente.

Pero la vida sigue su curso y yo no consigo alcanzar su ritmo...¿ Por qué no ir caminando tranquila pero haciendo bien las cosas ? Siempre hay fallos, pero también tiempo de rectificarlos. Y siempre está la desgracia del desamor o la desolación en este mismo, que nos hace pensar que no hay nada ya por lo que seguir. Ah, aquellas noches en la compañía que crei que me llenaba...Y que me causó simplemente dolor y lágrimas. Esa desolación aun palplable en el sudor frío y el temblor del alma encadenada a un destino fatal...Las personas que realmente aman, siempre están a un alcance platónico. Y las personas a las que realmente amas y quisieses tener, simplemente son inalcanzables. Las noches son tan oscuras sientiendo el vacío amoroso...Sí, es la mentira del amor. El delirio. La locura que sólo son demasiados meses en soledad. Ah, y las sonrisas que alegran tu cara para luego dejarla con la miel en los labios. Que patético, sí, pero...¡¡ qué necesario !! Pues ahora no hay nadie que me acune entre sus brazos, que con un simple beso haga perder la noción del tiempo, haciendo sonar luego música en vez de palabras. La felicidad, la felicidad que puede dar el amor. O la desesperación y el vacío que trae consigo. Las preguntas que nunca van a ser respondidas porque yo misma se las respuestas, los te quieros que se me hacen tan lejanos de oir, ver y leer. La magnitud infinita de los sueños, esos que hacen que eches a volar, que tu imaginación llegue a esos sitios silenciosos, donde no hay nadie más que tú y esa presencia que embriaga con su perfume. Esa silueta en el horizonte de tu cintura, por la que no veo nada más. Porque eres tú el horizonte y tus labios la fuente de la que no me dejas beber, sabiendo que la sed puede matarme. ¿ Moriré ?

Se oye desde la ventana abierta el ruido de la ciudad. Oh, desperté de mi sueño. La brisa fresca me es placentera, pero al salir a la calle, no hay nadie que no me mire con maldad. "Si sólo deseaba el amor, ¿ por qué me destinaron a carecer de él ?" Una de esas preguntas sin respuesta, sin la más mínima lógica. La sinceridad que nos hace llorar lágrimas pesadas, férreas y sangrientas. Pero después de esto, no hay nada más que una mente que poco a poco es carcomida y consumida por el vacío celestial. Sí, el vacío celestial. Y al mirar al cielo nocturno por el ventanuco de una siniestra habitación, n0 encuentro esa silueta sonriendo al otro lado, en la calle; ni tampoco hay nadie que me estreche por la espalda en sus brazos y me bese, para así, calmar mi ansiedad.