Ahora ya sé casi todo.
Sé cómo se mueven arriba
las estrellas.
Sé por qué entregué
mi aliento y mis manos.
Ya sé por qué
mi voluntad ahora
se está humedeciendo,
y me quiere volver
a la pasión de ser.
Ahora sé,
en mis labios,
que esta aridez sangrante
es porque esperaré tranquilo,
y volverá la humedad
de los suspiros.
Ahora conozco esta miel,
que no endulza
pero suaviza los gritos.
De lo que no he sabido
es de tu corazón,
quizás luego sabré
que no era necesario.
Texto agregado el 29-08-2005, y leído por 116
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
31-08-2005
me encanta la tranquilad que expresas (o que almenos yo siento) ... El saber nos calma...MUCHAS FELICIDADES memuerodefriosinti
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