Se encontraron en un bar 
tal vez por casualidad. 
Ella impulsiva, tan radiante. Dueña del mundo por instantes. 
Él, y su paz racional 
como siempre iban, acomodándose, 
acostumbrándose al nuevo clima. 
Y sin saber por qué, se sentaron en el mismo lugar. 
Y casi sin hablar, supieron que ese era el momento de empezar a actuar. 
"Andaban sin buscarse, 
pero sabiendo que andaban para encontrarse..." 
Justamente iba cayendo el día 
y el cielo esperando la oscuridad. 
En esas horas en que el mar es violeta 
y se traga el atardecer naranja, 
para convertirlo en noche... 
...en noches únicas de amor y pasión... 
Se besaron tanto, casi hasta sus sombras... 
...casi hasta sus almas... 
que perdieron la forma, que perdieron la noción 
del tiempo y del lugar. 
Pero de repente alguien gritó: "hacelo, que es gratia soñar...". 
Y despertaron separados, ella en su mundo, él en otro lado. 
Salieron por la ventana, tratando de entender y comprendieron que ese era el precio que había que pagar, por dejar que las almas vuelen por las noches, 
y los cuerpos se queden siempre en el mismo lugar. 
Pero en el fondo sabían, 
su voz les gritaba, 
que tal vez algún día llegue a ser real. 
Y sin preocuparse, 
ambos siguieron sus rumbos, 
separados, sin buscarse, 
pero sabiendo que algún día, 
se iban a encontrar.  |