Llegados a aquel paraje lo encontramos ocupado por hombres extraños ,de mirar sibilino y sutiles gestos .
Enseguida comprobamos que ,para ellos ,nosotros no éramos menos extraños .
Unos y otros sopesamos las armas que exhibíamos y las que pudiéramos ocultar y después de las zalemas ,mutuamente ,nos temimos .
Así fue soñado .
Texto agregado el 29-08-2005, y leído por 267
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