Voz Gruesa:_¿Edad?.
Acusado:_17.
Voz Gruesa:_¿Causa?.
Acusado:_Asesinato a sangre fría.
Voz Gruesa:_¿Cómo se declara?
Acusado:_Culpable.
Voz Gruesa:_¿Puede narrar los hechos?
Acusado:_Si.
Nunca me lleve muy bien con mi hermano, desde chicos que nos agarrábamos a las piñas por boludeses, lo que pasa es que él siempre era el nene de mamá, ¿sabe cuantas veces me banque la frase “es más chico”?, un año de diferencia nos llevábamos,¿¡Cuánto más grande o más chico se puede ser!?, un miserable y estúpido año, igual estoy seguro que si hubiésemos sido mellizos o gemelos la frase seria, “Vos naciste primero” o “El primero es el más responsable” o quizá “Si él salió después es porque es más débil que vos”, sabe como esa simple frase me empezó a perjudicar desde chico la convivencia con mi hermano, esa frase me daba a mi un lugar erróneo, un escalón equivocado, un escalón al cual nunca me tendría que haber subido.
Lo que pasa es que yo no tengo toda la culpa, de hecho creo que si mis viejos se hubiesen fijado más en mi postura me podrían haber ubicado y yo hubiese cedido, la cosa es que tardaron 15 años en darse cuenta, y es más, solo mi vieja y su reciente pareja me bajaron del escalón, porque mi viejo jamás tuvo la intención de bajarme, hasta podría decir que le resultaba cómodo para él. Quince años tratando de controlar a mi hermano, que desperdicio de tiempo, y pensar que antes de ocupar ese rol, jugábamos a la pelota en una canchita inventada, cinco metros tenia esa canchita, y los arcos menos de dos metros tenían, eran la distancia entre los árboles de la vereda y la pared de la casa de mi abuela. Sabe como extraño eso, subir a los árboles de la plaza, andar en bici, molestar a las arañas con un palito, medio desconfiados y el brazo temblando pero siempre juntos y al mismo tiempo. Esos eran los mejores años, en los que nos peleábamos y al otro día el “me prestas” era una forma de pedir perdón y al asentir con una sonrisa todo estaba bien y volvíamos a ser compinches, armábamos con lonas, cajas y una mesa de hierro, una suerte de cuartel o escondite que estaba a la vista de todos en la terraza de mi abuela. Una vez nos metimos al cuartito de la terraza del vecino de mi viejo, hicimos un quilombo, estaba lleno de latas de pintura, frascos, cachivaches, etc. abrimos latas y frasquitos, pintura por acá por allá y por todos lados, creo que no quedo nada limpio.
Hay tantos recuerdos que quizá él ni se acuerde, pero mientras sigan vivos en mi es más que suficiente.
Ahora que me bajé de ese escalón lo disfruto más como hermano, aunque a veces rasguño para subirlo y cometo errores, por eso me declaró culpable de haber asesinado más de nueve años de convivencia matando el tiempo con regaños de viejo en vez de abrazos de amigo, por eso Rama te pido perdón, y a Mamá y Jorge les digo gracias por volver a darme la oportunidad de gozar de una familia y bajarme del escalón.¡GRACIAS!
Nicolas.A.Redondo.
|