Apenas naciste apareció
No lo supiste
Pero te afectó
Luego fuiste creciendo
Y por todos lados
Siguió apareciendo
Otros tenían más
Ellos tenían suerte
Uno tenía menos
Solo quedaba la muerte
La envidia que nunca aceptaste
Te corroía la mente
Y la injusticia latente
Siguió estando frente
A tu impotente mirada
Intentaste esforzarte
Pero tu voluntad flaqueaba
Intentaste sobreponerte
Pero no obtenías nada
Querías reconocimiento
Pero estabas solo
Pedías aliento
¿Para qué?
Si todo era en vano
La realidad no servía
Entonces te metías
En un mundo de ensoñación
Pero siempre perdías
Ya que la realidad seguía
¡Maldita injusticia!
Que amarga mi vida.
Texto agregado el 29-08-2005, y leído por 146
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