(Una madre en la tumba de su hijo)
Mírate, ¿qué te queda ahora que lo has dejado todo por algo que no te llevaría a ningún sitio...?
Ahora recuerdas los consejos de los que, de verdad, te querían, y piensas en lo tonto que fuiste, al no hacerles caso y salirte con la tuya, para que finalmente salieras perdiendo, por tu estúpida rebeldía.
Escogiste un camino equivocado, sabías que era el de la tentación, y tu curiosidad te hizo picar.
Perdiste esta vez, porque tu pequeña mente inmadura, y sin sentido, ni coherencia te ha hecho ser así, y caer en eso, pero, no mides el daño real que le has hecho a los que confiábamos en ti, te dejaste influenciar, por unos que decían ser tus amigos.... te cambiaron la vida, y te acabaron matando....
Ahora estás bajo tierra, con flores en tu tumba, tu familia te recuerda cada segundo....
Tu novia va a tener a vuestro hijo, TU hijo, pronto nacerá, y cuando nazca, no tendrá un padre que le proteja, ni que le de cariño, y tú te perderás los mejores años de su vida: verlo crecer, dar sus primeros pasos, escuchar sus primeras palabras, ver como aprende cosas nuevas cada día...
Cuando tu naciste, tu padre y yo, estábamos orgullosos de ti, eras el hijo tan deseado que esperábamos para colmar nuestra felicidad.
Tu llegada al mundo nos trajo una sonrisa, y según fuiste creciendo, nos fuiste llenando de más y más satisfacciones, hasta que un día, lograste quitarnos el sueño, inquietarnos el alma y rompernos el corazón... el día en que te vimos morir en manos de la droga.
Dejaste tu vida por vivir y tanto por conocer...
Sólo quiero que sepas, que aunque haya pasado todo esto, sigues siendo mi niño, mi niñito loco; y que aún que estés a varios metros bajo tierra, tu familia siempre te recordará y te amará.
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