Tú no eres un ángel. Tu rostro, aunque atractivo, deja asomar tus ojos que no reflejan pureza. Tú no eres un ángel. Eres simplemente la imagen común y desgastada del oportunista contemporáneo. ¿Cómo puedes ser un ángel? Si tus manos me desnudan con calor de infierno. ¿Cómo vas a hacer un ángel si me llevas por caminos de perdición? ¿Un ángel con piel morena? No ¿Un ángel con voz angelical? No, quizás sensual, con un toque de lujuria. ¿Cómo puedo llamarte ángel sin sentir el peso de una blasfemia? Y te llamo ángel para ocultar tu nombre que me condenaría a los infiernos.
Texto agregado el 29-08-2005, y leído por 185 visitantes. (9 votos)