Cállate y llévame a la carretera. Consígueme un auto, rico, no cualquier mierda, aunque igual me adapto. Si es moderno me iré rápido, si es viejo me iré lento, no hay más vuelta. Partiré de tarde, dos horas de luz y el resto de noche. Fumando, por supuesto, y mucho, si es posible todo el tiempo. Cada cigarro será el recuerdo de algún dolor y el beneficio de éste. Cada vuelta de la rueda será una risa. Me detendré en alguna bomba de bencina, creo que como a las diez de la noche, a comer alguna porquería y a tomar una coca-cola. El cigarro será manejando. Sigo y veo que todos creen que van a alguna parte y en realidad no es así, el único en esta carretera que si va a algún lugar soy yo. Pero en realidad nadie tiene la culpa, nunca nadie tiene la culpa, es producto de la estupidez, no es muy complicado. Llegaré aproximadamente a las 12 de la noche. Primero, a lavarme los dientes y luego a limpiar. Que importante es limpiar... Luego cocinaré mucho rato, algo que sea bien minucioso. Prenderé el fuego porque ya estaré quieto entonces me dará frío, fijo. Me bañaré y entonces llegarás tú; con olor a vida, con pelo de viento frío, con risa de totalidad, con ojos de silencio y con dos almohadas. |