21-08-2005
Dios lo es todo. Siendo Poderoso, se hizo uno de los nuestros, sufriendo todos los rigores de la humanidad: nacer, crecer, trabajar y morir. Siendo Sabiduría Infinita, nos acompaña en nuestro caminar por el mundo. Teniendo el Amor del Padre y la veneración de los ángeles, lo da todo por nosotros. Siendo el Digno de Alabanza y Gloria, nos prefiere a nosotros, ovejas perdidas y débiles. En donde hay negación, Él está. Donde hay rechazo, Él está. Donde hay cobardía, Él está. Y donde hay indiferencia, Él sale a nuestro encuentro.
Dios no quiere que le busquemos, ya se ha encargado Él del “trabajo sucio”. Ya ha adquirido nuestras debilidades. Sólo quiere nuestra respuesta. Una respuesta humilde y sencilla. No quiere héroes ni superhombres capaces de todo. Sólo quiere a nuestro verdadero yo, débil y traidor. Dios tampoco quiere que te obsesiones si fallas, sólo quiere nuestra mirada y alegría.
Alegría porque Él siempre está ahí, siempre nos acompaña en nuestro camino, siempre nos ama y perdona. Y alegría al saber que preocupamos, y tenemos Su atención, a Dios. Si Dios actuase en nosotros ¿por qué temer? ¿No es motivo de alegría notar la Presencia de Dios, y que somos necesarios para Él?¿No es motivo de alegría ser hermanos de Cristo, y poder decir con toda tranquilidad Padre?
27-08-2005
Proclama, alma mía, la grandeza del Señor, alaba, alma mía, al Señor. Yo ardo en deseos de proclamar que Jesús es el Salvador, el Dios, el Hombre Verdadero que vino para justificar al género humano, y dar una dignidad superior a la que tenía en un principio. Me gustaría gritarlo y anunciarlo a todo, y compartir con todos mi alegría. Pero no lo hago. Se siente vergüenza de ser creyente, de seguir un Camino y coger la cruz que a cada uno corresponde. No lo proclamo por temor a fallar, porque si proclamo mi creencia, los demás siempre me estuvieran observando y juzgando, y a la menor caída se rieran de mi.
Esto es contrario a la Escritura y Ejemplo de tantos santos, y para empezar de María. La Madre de Dios estubo siempre al lado de su Hijo, aunque no lo comprendiese a veces; y Éste, por causa de su celo y obediencia a la Voluntad del Padre, rechazase incluso su nombre. Desde el primer momento, que Ella confió en el Señor, y dejó que su Voluntad obrase en Ella maravillas, es la Perfecta Maestra de la Fe. Ejemplo de obediencia en la fe. Y toda la vida con su Hijo, ejemplo de contemplación, Sabiduría Suprema. Ella esperaba con su Hijo la retribución, el perdón de los pecados; y antes de que Jesús se ofreciese en el Calvario, ya María hacía un sacrificio diario, cuidando de su familia, y guardando en su corazón todo aquello que Jesús hacía y decía. Una Madre Misericordiosa, que en Canán obligó a su Hijo a realizar su primer milagro. María es Modelo de Fe, Esperanza y Caridad, poseedora de la Sabiduría y Misericordia en grado supremo, pero lo es al modo de Dios, humilde. Apenas aparece en las Escrituras, y las referencias a Ella, fuera de los Evangelios, es casi nula. Dios no quiere héroes, que aparezcan en las leyendas y mitos. Quiere hombres y mujeres normales, con sus defectos.
Yo caigo, tengo la voluntad y fe débil. Las ocasiones que Dios me presenta para cumplir su Voluntad, las ocasiones que puedo ayudar a Jesús en mis semejantes, las rechazo; ya sea por prisa, miedo o vergüenza. Me gustaría proclamar la grandeza del Señor, pero soy mudo. Pero él me dice continuamente: “Confío en ti, levántate y anda”. Ser humilde, reconocer la debilidad, pedir la Gracia y seguir el Camino y Voluntad de Dios, no es una falta a la libertad y entendimiento humano, no es una dregadación, es una elevación de nuestra alma, un empuje del Espíritu Santo a la santidad. Dios lo que quiere es que seamos santos, pero no el día de mañana o pensando en la muerte, quiere que seamos santos ahora, hoy, y eso es posible por la gracia de Dios, Crucificado y Resucitado por nosotros.