Era una noche de fiesta, una noche sin fin, en donde la luna brillaba más que nunca, en donde todo era fresco, impulsivo. Una noche no igual a las demás. En aquel lugar, lleno de encantos se encontraban adolescentes, como vos, como yo, divirtiéndose, haciendo de ese momento único.
Como en toda fiesta había un poco de alcohol, alguna que otra cosa par comer, y por supuesto música a todo volumen. Estaban todos alegres, pasándola ¡bomba!, como algunos dicen.
La fiesta se hizo en el campo de Lourdes, poco alejado de la ciudad. Eran las 4:30 y la diversión seguía, parecía de nunca acabar, pero todo tiene un limite, así se comenzaron a ir los invitados, entre ellos Maria, la chica mas popular, linda y egoísta del colegio, como siempre había ido en su auto, un peugeot 206 negro con vidrios polarizados, regalo de los 17.
Comienza saludando a todos , se burla y molesta a Clara la mas gordita del grupo, y camina en busca de su auto, el cual se encontraba estacionado en frente de la casa; sube y sale a la ruta, y así comienza el camino a casa, a partir de ese momento su vida iba a cambiar para siempre.
Ya el reloj marcaba las 6:00, y Maria aun no había llegado, sus padres preocupados y desesperados no sabían muy bien que hacer, llamar a la policía, salir a buscarla, era todo demasiado confuso. Entre tanto pensar y pensar las horas pasaban, eran las 9:00, y ella aun no aparecía, en ese mismo instante suena el teléfono de la casa, la madre con gran desesperación corre hacia el, atiende, y nace desde los mas hondo de su ser un llanto interminable, el padre al ver esta reacción va hacia a ella y trata de entender lo ocurrido, la madre solo le da el teléfono y le pide que hable el. El hombre ante el desconsuelo de su mujer toma el teléfono entre sus manos y solo escucha. Era un joven llamado Franco, de unos 20 años, quien trataba de explicar a la familia de Maria que había sucedido con ella, el padre le pidió que le dijera toda la verdad, el chico un poco asustado y desconcertado le comienza a contar lo que había sucedido…” Venia en mi vehículo cuando vi un auto negro estacionado en la banquina, al principio pensé que se trataba de un accidente, por eso decidí parar y observar lo ocurrido, al ver el auto en buenas condiciones, me di cuenta que de eso no se trataba. No sabia que hacer, entonces me atreví y abrí la puerta trasera; y allí estaba su hija toda golpeada, con sangre y a media vestir, quise agarrarla y sacarla del vehículo, pero no pude ya que ella se desespero y comenzó a gritar, intente tranquilizarla pero me resulto imposible, entonces decidí ver en su cartera, y encontré este numero telefónico, decidí primero llevarla a un hospital para que la asistieran y luego llamar a su casa.
Yo solo quería ayudarles”…trataba de explicar el joven. A penas termino de decir la ultima palabra el padre con vos muy agradecida le pidió que lo esperara allí que ellos salían para allá en un instante.
El hombre, deja el teléfono sobre el sillón, toma a su mujer entre brazos y le da un fuerte abrazo, le cuenta que era lo que había sucedido y salen con mucho terror hacia el hospital. Al llegar se encuentran con Franco, el joven que tuvo con ellos un gesto de mucha generosidad, el padre al verlo lo estrecha entre sus brazos, y la madre lo saluda con un dulce beso, ambos están muy agradecidos, de no ser por el su hija no estaría viva.
En ese momento llega el medico, los padres de Maria se acercan llenos de dolor y terror. El medico trata de tranquilizarlos y les dice que su hija había sido victima de una violación; al oír esto la madre siente una mezcla de dolor, odio e impotencia. Pero eso no era todo, el medico prosigue diciendo que era muy probable que Maria quede embarazada. Sin embargo los padres en ese momento lo único que quieren es tomarla entre sus brazos y decirle cuanto la aman.
Eran las 14:00 PM ya Maria había sido examinada, en ese momento le permiten a sus padres que la vean. Franco aun continuaba allí con ellos.
Los padres entran, y allí estaba ella, tan hermosa, tan niña aun, pero ahora tan dolida tan desconsolada, ya no es la misma Maria piensa mama mientras acaricia sus rubios cabellos, ya no es la niña que tocaba el piano en la sala e inundaba la casa de ese mágico sonido. Ya nada es igual
Así pasaron horas y Franco decidió marcharse, pero antes quiso dejar su número telefónico para mantenerse comunicado.
Pasaron 20 días y Maria continuaba hospitalizada, pero aun faltaba lo mas difícil, saber si estaba o no embarazada, y fue así la mañana del 12 de enero, en donde la noticia desespero mas a Maria, ya había comenzado a gestar en su vientre una criatura, una vida por nacer, Maria se encontraba perdida, “no puedo tener un bebe victima de una violación” pensaba, “pero tampoco puedo deshacerme de el al fin y al cabo es mi hijo”. Entonces fue así que decidió, luchar y luchar para poder enfrentarse a la dura realidad que le estaba tocando vivir, y poder así tener ese bebe.
Así pasaron los meses y ese bebe nació, era una hermosa niña, a la que llamo Victoria, el porque de ese nombre ya lo la palabra.
Los años pasaban y Maria era feliz viendo como crecía su hija, a Victoria le encantaba que su mamá le cuente esas hermosas historias, de castillos mágicos, países encantados, y abrazos sin fin.
Se acercaba la primavera del 2006, y Victoria cumplía sus 6 años, era una tarde calida en donde el sol brillaba y la suave brisa golpeaba sobre sus caras, Maria y Victoria se encontraban en el parque, y fue en ese momento que el destino decidió juntarlos nuevamente, si allí estaba Franco, quien la reconoció a Maria inmediatamente; se acerco a ella, y la saludo, Maria reacciono muy asustada, pues ella no lo recordaba, Franco trato de que ella recuerde quien era el. Maria se quedo pensando y recordó de quien se trataba, comenzaron hablar, Franco conoció a Victoria, y poco a poco se fue enamorando de la tierna frescura que envolvía a Maria a pesar de la dolorosa situación que le había tocado vivir.
Pasaron meses y ambos se fueron enamorando, y así Maria se dio cuenta de que la vida le había dado una alegre y sinfín oportunidad de volver a sonreír para siempre.
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