Si pudiera volver a comenzar mi vida, la reconstruiría para volverla a vivir.
Mi niñez, la dictadura militar, la guerra, mi adolescencia en medio de un momento difícil y confuso. Los sermones de mis padres tratando de corregir lo incorregible.
Mi primera bicicleta, las contusiones obtenidas, los enemigos que resultaron ser amigos.
El accidente con la moto que me pudo costar la vida. Viviría todos y cada uno de mis sufrimientos, la humillante derrota en mi pelea crucial por una mujer contra el destino.
Viviría todas mis necesidades, todas mis inseguridades, el misterio de lo que vendrá, mi primer amor y la insistente lucha para no perderlo.
Lo cierto es que hoy me toca cargar el peso de mis actos, y apenarme por manifestar la realidad de las cosas de la vida.
Hoy estoy muy conciente de lo que soy, y quisiera volver a nacer para enfrentar la vida de otra manera.
Algunos aseguran que mirar hacia atrás es abrirle paso a la nostalgia, para mí, es enfrentarte con el camino recorrido y así elevar tu autoestima para darte cuenta de quién eres. Soy la consecuencia de lo que fui, con un montón de discordancias, historias, traumas, con los besos que se perdieron en el tiempo y no di, con los te quiero olvidados que no dije, con los afectos que no supe demostrar y con un oficio con el cual me gano la vida gracias a mi padre.
Ayer tenía mi pasado oculto, hoy me doy cuenta que es hora de liberar esos secretos encerrados. Quiero desahogarme para sentirme mejor, soltando secretos que probablemente viajarán en forma de palabras a lo largo de esta vida. |