Tus manos incendiaron el cristal
al cruzar una vez más
la línea prohibida
Sentí que regresabas nuevamente
en un eterno círculo
de vicios contundentes
Mi latido cesó
o se hizo más fuerte
la línea recta se volvió quebradiza
haciéndome perder el equilibrio
Recovecos y escalas
construyeron mi silencio
y até con fuerza los nudos desatados
regresando de nuevo
las piezas a su centro
Y marco atentamente el epicentro
al darme cuenta que tus manos
se acercan esta vez
más caprichosas
a incendiar el cristal.
Participación en EL_RETO_GANADORES: EL CLUB DEL RETO POESIA: RETO N° 40 - 18.08.2005
Texto agregado el 27-08-2005, y leído por 215
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Lectores Opinan
30-09-2005
Osadas son las manos que se atreven a acariciar, razgar la piel de, tu cuerpo de cristal....
y que suerte, ya no hay más lágrimas de ausencia de dolor pero siguen (por lo menos en este poema) existiendo las lágrimas...
HombreSinSombra