Comprendiendo lo que sucederá, ocho arqueras se disponen
en formación de abanico hacia el final del sendero de
entrada al campamento. A su costado, dos guerreras
armadas con lanzas cierran el abanico de defensa.
Las jóvenes que huyen giran hacia oriente para tomar el
sendero de ingreso, lo logran y se disponen a cabalgar
la última distancia que les separa de las demás amazonas.
Los seis jinetes bárbaros les siguen a cierta distancia
no abandonando la persecución, siguen tras ellas.
Las jóvenes cabalgan a toda prisa por el sendero de
entrada para alcanzar su salvación.
Cuando la distancia de los jinetes se torna conveniente,
las arqueras cargan sus arcos, tensan los mismos
preparándose para el ataque.
Los hombre van al galope tras las jóvenes en una
formación desordenada de manera que a las arqueras se
les da la oportunidad de alcanzarlos con sus flechas
aun cuando, las jóvenes que han de proteger, vienen
delante de aquellos. A esta peligrosa distancia, la
joven diosa mira hacia delante y se aterroriza al ver
las ocho arqueras apuntando prácticamente a ella y a
su defensora amazona. Dominada por el miedo, grita a
Talestris :
- ¡ Nos apuntan, aquellas flechas vendrán hacia
nosotras ¡
- No seáis necia Afrodita, ellas apuntan a los seis
bárbaros que nos siguen de cerca. Sigue cabalgando,
confía en ellas y mantén el galope y tu posición.
Afrodita regresa la vista al frente y no pierde el
miedo de ser alcanzada por una flecha, en aquel
instante preciso, ocho flechas salen disparadas desde
sus arcos y Afrodita las ve venir veloces por el aire,
volando vertiginosas como aves mortíferas y terribles
agitando levemente sus colas para dar dirección y
estabilidad a su trayectoria. Una de las flechas , de
azulina cola, pasa muy cerca de su cuerpo, ligeramente
debajo de la altura de su hombro derecho. Siente el
susurro mortal de la saeta cuyo destino era realmente,
el cuerpo de alguno de los perseguidores. Aterrorizada,
cierra los ojos y luego vuelve a abrirlos para dirigir
la mirada hacia atrás, hacia los bárbaros que les
acosan.
Entonces puede ver como cuatro de los éstos
caen de sus caballos en plena carrera, víctimas de haber
sido blanco perfecto de las arqueras.
Ahora las jóvenes siguen su camino hacia el refugio
seguidas solamente por dos hombres, cruzan la línea de
las arqueras que le abren el paso y a la vez se
disponen a disparar nuevamente sus flechas, en esta
ocasión apuntando a los dos restantes perseguidores;
en un instante éstos caen abatidos por la acción mortal
de las flechas. Acontecido lo anterior, las lanceras
inspeccionan a los caídos para asegurarse de que
realmente están muertos y en caso contrario, darles
muerte con sus lanzas.
Finalmente, Talestris y Afrodita alcanzan el centro del
campamento de las amazonas y descienden de sus caballos
donde le aguardan un grupo de guerreras, la diosa se
encuentra desfalleciente e inmediatamente pone pies
en la tierra, se desvanece. Dos amazonas jóvenes
alcanzan a sujetarla y evitan la caída total.
Talestris ordena inmediatamente que lleven a Afrodita
a un lugar donde pueda descansar y se une a las
guerreras que se han dispuesto a defender la parte
frontal del refugio ante un eventual ataque de los
bárbaros. Mas éstos al verse en desventaja numérica,
en un terreno donde podrían ser fácilmente blanco de
tan expertas arqueras, abandonan el lugar. El jefe de
los bárbaros está enfurecido pues no ha logrado su
objetivo de raptar a la bella joven y por el contrario
ha perdido a varios de sus hombres.
Desde una distancia segura para él, amenaza a las
mujeres con un pronto retorno.
Regresa entonces la calma al campamento de las amazonas
y de inmediato algunas de ellas se acercan a Talestris
para preguntarle por la joven que ha traído consigo.
- ¿Quién es esta joven que os acompañaba Talestris?
- pregunta una de ellas invadida por la curiosidad.
- Es alguien que era perseguida por aquella horda que
habéis visto - contesta la jefa de las amazonas -
he debido defenderla para que no cayese en manos de
aquellos hombres bárbaros.
- Y... ¿cual es su nombre?, ¿de dónde proviene?
- Ella se llama Afrodita y proviene de... ehh, bueno es
mejor que lo escucheis de sus propios labios.
¿Dónde está la joven ahora? - pregunta Talestris
evitando entregar más respuestas a sus curiosas
compañeras.
- Está en la tienda principal con las tres jóvenes
hermanas, pues como recordarás, se ha desmayado al
descender de su corcel.
- Pues bien, vamos a verla, deseo saber como se
encuentra.
De esta manera, Talestris acompañada de algunas de sus
compañeras, acude al lugar donde se encuentra Afrodita.
Allí, la han tendido sobre pieles para que descanse a
la espera de que vuelva en sí. Una vez en el lugar,
Talestris dicele a las tres jóvenes hermanas:
- Cuidad de Afrodita, ese es su nombre. Y veréis que
cuando ella despierte, os dirá...os dirá ...que es
hija de Zeus y mora en el Olimpo. Ese es su hogar.
En ese instante, todas las amazonas presentes quedan
sorprendidas por las palabras de su jefa y se preguntan
si ésta ha perdido la razón. Taalestris al comprender
la incredulidad de sus compañeras, le habla
irónicamente:
- Ya la escuchareis hablar, debéis ser pacientes y
veremos quién es la demente. Mas dejemos esto,
debemos reunirnos para trazar nuestros planes de guerra,
ya hemos estudiado bastante estas tierras y debemos
evaluarlo. Mas vosotras, Alnitak, Alnilam y Mintaka,
aquí quedareis para cuidar a Afrodita con vuestras
vidas.
- Así lo haremos reina nuestra - responde la joven
Mintaka - con nuestra existencia de amazonas,
velaremos por ella.
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