Quiero estar ahí,
amiga mía,
en la punta de tus brazos,
esperando abrazarte,
que me abraces,
que sientas
que estoy contigo,
piel a piel,
costillas enredadas.
Que tu vida es la mía,
que tu dolor mi angustia.
Quiero que sientas
que soy pueblo
como el tuyo,
que soy viento,
sueños como tus sueños,
la palabra antigua de aliento.
Quiero estar ahí,
amiga mía,
en la punta de tus brazos,
para que no olvides,
para que encuentres tus alas,
para que veas
muy atrás la soledad,
para que puedas tocarme
y tu alma agitarse
y agite tu sangre
y sientas que somos dos.
Dos palabras,
dos memorias,
dos miradas entrelazadas
disipando viejos porqués,
dos dolores amortiguándose,
dos tristezas que se evaporan,
dos soledades que no puedan ser.
Quiero estar ahí,
amiga mía,
rompiendo silencios
y aturdidas agonías,
en la punta de tus brazos
como una playa ciega
ansiosa de besar la mar.
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