Dio un paso, luego otro. Suaves y aterciopelados, llegaban los ecos de otros pasos, quien sabe si cercanos o distantes. La niebla, perlada, casi se podría decir luminiscente, lo envolvía como un globo, un útero frío que no limitaba sus movimientos pero si sus pensamientos. Se detuvo, intentando recordar, o adivinar, quien era, que hacía ahi. No se vio los pies, si extendía los brazos por delante, no se veía las manos. Federico, como un relámpago el nombre alumbró en su mente, ese debo ser yo, se dijo, Federico. Saboreó la palabra, dejando que las letras fluyesen de su lengua, en voz baja repetía, Federico. Tratando de averiguar de donde venía, retrocedió, o creyó retroceder, un par de pasos. ¿Cómo orientarse en este mar de luz lechosa? No hay referencias, se agachó para intentar distinguir el piso, apenas una superficie lisa, aparentemente del mismo color que todo lo demas. Agacharse y pararse produjo cierto vértigo, por la ausencia de puntos de referencia. Estoy buscando a Analía, nuevamente una idea, como implantada, o traída quizás de un pasado remoto. ¿Qué es el pasado? ¿O el futuro? Cómo saberlo, apenas le alcanza con saber que esas palabras existen, que denotan un concepto no por indefinido menos real, Soy Federico, estoy buscando a Analía, eso es todo lo que se, todo lo que puedo recordar. La ausencia total de recuerdos le impedía quizás darse cuenta de que hubiera otras cosas que añorar, otro pasado que lamentar haber perdido, incluso otro futuro que esperar, ya que el futuro sólo es esperable en función de la experiencia pasada. Elevando un poco la voz, quiso romper esa barrera, visual, acústica y mental que lo envolvía, Hola!, que horror, ni un eco, ni una referencia, ni una respuesta. Eso que habrá sido, se preguntó, una respuesta o soy yo que deseo tanto escucharla, encontrarla, ¿la respuesta o a Analía?, lo uno pero más lo otro. Caminó, trotó, giró, nuevamente caminó, cauteloso al principio, ¿y si hay un pozo, una pared? que importa, ahora ya corre desesperado. Hola!, nuevamente, pero ahora si está seguro, hubo una respuesta, dios mío, no puedo identificar de donde mierda viene esa voz, creo que de allá, caminó de nuevo, Hola?, interrogativa, tímida, cálida, femenina, llega el sonido de una respuesta, donde estás, acá, acá donde, quedate quieta y hablame, bueno, yo te hablo pero vos respondeme, creo que ya estoy cerca, un color se insinúa tras la cortina blanca, una forma, luego una persona. Hola, soy Federico, Federico? un velo de desilusión pinta las pupilas de ella, o fueron ideas mías?, yo soy Luciana, algo se derrumba dentro de él, por qué no eras Analía?, viste a alguien más, no, o mejor dicho no se, no tengo ningún recuerdo anterior a hace un rato, y ni siquiera se si estuve caminando mucho o poco en ésta niebla. Ni donde estamos, le contestó ella, a mi me pasa lo mismo, sólo se que me llamo Luciana y estoy buscando a Marcelo, somos almas gemelas, dijo él, por qué, porque sólo se que me llamo Federico y estoy buscando a Analía. Se miraron, que estarán pensando? "por que no eras vos", seguramente, bueno, dice él, sigo mi camino hacia no se donde, que encuentres lo que estás buscando, vos también. Se alejo, inmediatamente ella desapareció tras el velo opaco, es como si nunca hubiera existido, cómo saberlo, si solo puedo confiar en mi memoria y ya vemos el flaco servicio que me está haciendo, cómo dijo que se llamaba? Ah si, Luciana, que boludo no le dije nada más, además quien sabe si la tal Analía estará por acá. Maldición, no puedo recordar su cara ya, aunque estoy seguro que si la encuentro de nuevo la reconocería. Ya siento que mi memoria se deshilacha de nuevo, a ella le pasará lo mismo, se olvida, ya se si me la cruzo de nuevo, le digo que soy yo, Marcelo, y que estoy buscando a Luciana, total ella como va a saberlo?. Giró, o intentó girar sobre sus pasos, Hola? pregunto a la nada, no hubo respuesta, caminó, corrió a los gritos, se cansó, perdió el sentido del tiempo nuevamente, sólo iba repitiendose a si mismo, Soy Marcelo, estoy buscando a Luciana, casi se chocaron, venían los dos repitiendo una letanía, quedaron cara a cara. Hola, soy Marcelo, dijo él, y estoy buscando a Luciana, Hola, yo soy Analía y estoy buscando a Federico, no lo viste, no, si lo veo te aviso. |