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Desde la más tierna niñez eran amigos inseparables, en los juegos siempre habían formado equipo y en la escuela se sentaban en pupitres contínuos. Los mayores del pueblo, cuando los veían pasar, decían "mira, ahí van los cuatrillizos", tenían una estatura similar y el pelo moreno, solo se les distinguía por las ropas, pues unas familias estaban más acomodadas que otras. Juntos también comenzaron a rondar a las mozas del lugar y en los bailes de las fiestas patronales se apostaban los cuatro pavoneándose frente a las chicas solteras. Solo se fueron del pueblo durante el servicio militar, aunque eso no les separó ya que tuvieron el mismo destino gracias a la influencia del tío de uno de ellos que era teniente coronel o algo similar.
Cuando se casaron lo hicieron de tal forma que todos fueran compadres, ya sea siendo padrino de bodas o padrino de los primeros hijos. Para no separarse en lo laboral decidieron montar un negocio de alquiler de maquinaria agrícola, unos pusieron más capital que otros pero eso no fue óbice para que se deteriorasen las relaciones.
Un 22 de marzo el pueblo se encontró con una desagradable sorpresa, vieron estupefactos como "los cuatrillizos" paseaban solos por el pueblo sin cruzar palabra, entraban en diferentes bares y los empleados contaban a todos que en la empresa cada cual hacía su trabajo pero sin ningún compadreo, así comenzaron las habladurías, unos decían que si era por el dinero, otros que por tema de infidelidades pero nadie sabía a ciencia cierta que es lo que había ocurrido entre ellos.
Así pasaron más de cuatro semanas hasta que una tarde decidieron reunirse para saldar las responsabilidades del enfado...

- Yo no sé quién ha sido de vosotros, pero no me fío de nadie... -comenzó diciendo uno de ellos-

- Ni yo de tí -respondió otro-

Todos comenzaron a dar voces hasta que un rebuzno de Lucera los dejó callados. La burra se acercó con lentitud al grupo dando fugaces caricias a todos ellos, fue entonces cuando el culpable de todo decidió confesar, Paco se levantó y abrazando a lucera por el cuello comenzó a hablar:

- Está bien lo reconozco, no pude evitarlo, una vez a la semana me parecía muy poco, así que le hice una visita extra los miércoles, lo siento mucho... Pero que conste una cosa, que ella me lo pedía con la mirada.

Texto agregado el 25-08-2005, y leído por 980 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
11-09-2005 Jajajajajaajjaa ¡Que bueno! yoria
31-08-2005 No si algo así me temía. Un saludo de SOL-O-LUNA
28-08-2005 Creo que ese final no está justificado, ¿dónde estaba Lucera a lo largo de todo el relato?. Sacar un conejo de la chistera está bien para el que no sabe más, pero tú... (por cierto, te recomiendo que revises la puntuación), ;)) thelma
28-08-2005 jaja!! que te vas a condenar como sigas así, quillooooo!!! ;) neus_de_juan
27-08-2005 ¡¡Canalla Barrasus!! Imaginación al poder...y tú demuestras mucha. Mis ***** y un cordial saludo de... El_loco_del_cerro
27-08-2005 Pensé que era por dinero, pero no, era por algo mucho más importante, una burra. Felicitaciones y van mis 5* jorval
26-08-2005 jajajaja, muy bueno hermano, pero donde esté una cabrita salerosa... barrasin
26-08-2005 ¡Que fuerte! Muy bueno 5* blasleon
26-08-2005 Eh aqui algo con gran humor, pues ante la necesidad, la burra se volvio apetecible, que locura!! Excelente tema. Aramis
25-08-2005 es´tas mal del craneoooooooo!!!!!! sduv31
 
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