Ella empujaba con su piecesito de luna
y les preguntaba si querían morir.
El miraba la misma posa y sonrreía,
con su dolor ripioso le asentía.
Como dolía.
Ella ya soñaba, y apenas con tres primaveras,
sangrantes atardeceres le envolvían.
El era profeta en su azaroso paso,
aviso de muerte que se acerca lenta.
Eran edificios viejos y de pocos pisos,
amantes del reino de los caramelos lloviendo.
Eran casa vacía, dolor sangrando
madre muerta, niñez reprimida.
Texto agregado el 25-08-2005, y leído por 128
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Lectores Opinan
18-10-2006
ningun futuro venturoso al parecer.., o si? mis 5* myemptyroom
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