No voy a mirar el piso, demasiado tequila, demasiado mareo, no quiero bajar un pie y luego el otro y andar el camino entero hasta la regadera. No quiero desvestirme y vestirme, no quiero desenredar la maraña de vísceras y cabellos. No quiero pasar frente al espejo. No quiero tropezarme con la lluvia y olerla y probarla. No quiero tus manos en mi cuerpo. No quiero despertar, no voy a despertar, quiero seguir soñando que no voy a mirar al piso, que me queda el techo, que puedo negar tus manos en mi cuerpo, que sigo respirando, que todavía tengo un cuerpo, que solo es uno de esos malos mareos de tequila...