“Ser, yo mismo…”
La última semana, había sido para Ramiro, de una extraña confluencia. Primero había adquirido en una videoteca un viejo thriller, interpretado por Christopher Lee: Drácula has riesen from the grave, y luego, recibió la invitación de unos amigos, para una fiesta de disfraces.
Este tipo de eventos, nunca fueron de su total agrado, pero sabía que no podía fallar, debido a la calidad de sus anfitriones.
-¿Por qué acudir a un sitio, no siendo uno mismo? –Pensó- ¿Por qué mostrarse como uno no es? ¿Por qué no mostrarme tal cual soy, o de alguna forma que quisiera ser? Eso es lo que nunca me convenció suficiente, en este tipo de citas, y a pesar que me da un poco de bronca, voy a ir igual.
Inspirado, y tal vez bastante mimetizado por el film, al que ya había visto repetidas veces, se vistió como el legendario Conde de Transilvania, para concurrir a la velada.
-Si no puedo ser yo, al menos voy a ser algo que me fascine y me haga sentir pleno e inspirado-Y se añadió a su dentadura dos afilados colmillos de jabalí.
Tras mucho dance, cocaína, whisky y marihuana, se dio cuenta que la Mujer Maravilla, siempre había estado muy próxima a él, moviendo sus caderas en una actitud de franca y desinhibida seducción. Entonces, él se le acercó, la tomó, y se abrazaron de muy buena gana.
-¿Sabés? –Le susurró ella al oído, con una voz tremendamente sensual- Los vampiros me excitan demasiado…
Esto hizo que él, le clavara esos largos incisivos en su atractivo cuello, hasta explotar en sangre, succionando luego, gran parte del rojo fluido que emanaba de la herida. Luego, ella se desplomó en el piso, y él, huyó ante el escándalo que se suscitó en ese lugar, debido a lo acontecido.
Prófugo de la policía, Ramiro se enteró, por medio de un noticiero radial, que la difunta había sido portadora del VIH. |