Había una vez en el firmamento una columna de estrellas... Las había de todos los tamaños y brillos. La importancia de cada una de ellas se las media a través de su brillo...
Entre todas las bellas estrellas, estaba una que tenia un brillo opaco, una pequeña, tierna y frágil estrella, que se sentía sola.
En el firmamento también existía un cuidador de las estrellas, un viejo que tenia los días contados. El les daba el trato a todas por igual, pero con la estrellita, ya no la limpiaba porque sólo esperaba que se apagara su brillo para siempre.
Cierto día el rey del firmamento decidió cambiar al anciano para poner a alguien con edad suficiente para que cumpla su trabajo.
Llegó el día y apareció un joven, que tampoco tenía destino sentimental en la vida. Alguien que le daba lo mismo andar por andar...
La jornada empezó y el joven inició su labor, el anciano le dijo que debía darles el trato a todas por igual, pero que existía una que estaba por ceder...
El hizo caso, pero de pronto vio a la joven estrella y la comenzó a limpiar...
Así pasaron los días y el seguía limpiando a la estrellita, pero ella no daba rastros de surgir, ella no confiaba en su nuevo protector. Las horas pasaban y los días volaban... El joven entendió que esa era una estrella especial, un Regalito de Dios que tenía que cuidar, hasta con su mejores sentimientos.
Cierto día decidió hablarle a la estrella, cosa que estaba prohibida en el firmamento. Hola... Dijo. Ella sólo lo miro y siguió pensativa como siempre...
Sólo quiero ayudarte, vengo con las manos limpias, quiero hacerte feliz.
El joven, entendió que ella no lo quería... Que lo mejor era alejarse...
Con el pasar de las horas, el joven pensaba cada vez más en la estrellita, y sentía que penetraba en sus sentimientos...
Las cosas no cambiaban y a cada paso el quería mas a la estrellita, por lo que decidió conquistar el cariño de la estrellita.
Empezó su jornada de trabajo y cuando se dirigía al lugar indicado, escucho que en el lugar más alto del mundo existía una fuente de agua viva... Que sólo podían llegar quienes con el agua hicieran el bien... Emprendió camino hasta la alta montaña hasta llegar a fuente...
Al llegar hasta la fuente, el "garcía" se olvidó de llevar un recipiente (no mentira es una broma). Al llegar a la fuente, tomo el agua y emprendió el regreso.
Al llegar encontró que la estrellita ya no daba más, y que se le iría para siempre... Que jamás volvería estar en su vida como había estado desde que la vio.
Llegó y comenzó a lavarla con el agua viva, esperando que surgiera su brillo. El esfuerzo fue en vano, la estrella se le iba de las manos...
Al llegar la tarde, el joven, loco enamorado, la abrazó para darle el último respiro.. Al abrazarla y sentir su calor, su ternura interna, le demostró su cariño y querer con una beso, al besarla, una de las lágrimas que habían en sus ojos cayó sobre la geografía de la estrellita...
La dejó, sabía que ella se iría....
Pasaron 28 días cuando de repente, al quedarse dormido frente a la estrellita, un reflejo parecido al sol, lo cubrió y despertó... Era su estrella, ella había surgido con el alba y le había entregado su vida en un instante...
TE AMO CANDY SABANDO... TE AMO.
|