Cuanta pureza, cuanta naturalidad y paz veo en tus ojos, sé que tengo mucho que aprender de ti, en tu mirada no veo prejuicios ni hipocresía, no veo egoísmos ni pesimismos, solo ganas de triunfar y conquistar el mundo, un mundo que es todo tuyo pero que no te entiende y peor aun te considera ignorante y debe educarte, por tanto va a llenar tu cabeza de conocimientos, de impureza, pretendiendo enseñarte que pretender es natural y que para conocer la paz debes también saber del estrés y la agitación. Y te considera ignorante por que lo único que te ve hacer es llorar y sonreír, entonces ha de enseñarte a hablar, pero no a callar y ha de enseñarte dos y hasta tres, sino mas caminos y con ello te enseñará a dudar, por que no podrás andar todos los caminos al mismo tiempo. Y te mostrará los principios que tiene la vida y a capitular después de claudicar, te enseñará a calcular y a tener fe en lo que existe y a perder la fe de lo que realmente es, que contrariedad enseñarte malas palabras para que después no las tengas que decir, que contrariedad matar tu verdadera inocencia para enseñarte otra conveniente entre comillas...

Ah si pudiera librarte del sistema y los ciclos rutinarios, de los esquemas y organigramas fatuos y cohibitivos, serias únicamente melodía y armonía que desenlazan en un gran "finale".

Me siento culpable por ser cómplice de un delito sin parangón, por que yo también al igual que muchos quise enseñarte cosas que en realidad desenseñaban y te limitaban fui parte en dado momento del escuncro físico y psicológico de buenas intenciones que le encanta ver agonizar y dar el último suspiro a tu inocencia, por que cuando muere tu inocencia eres parte mas de aquí que de allá, eres mas “humano” y ya tienes permiso para cometer errores, ser infiel, mentiroso, desleal, falso,... y justificarte diciendo:

- Es que ya no soy inocente, errar es humano... (con tono de remedo)

En fin... basta de desnudar mi pluma de protestas e improperios, si no hay nada más bello que escuchar a un niño sus razones, explicaciones y expectativas, aun recuerdo hace algún tiempo atrás mi pequeño sobrino le dijo a su mamá:

- Mamá, mamá... queio tene un helmanito... poi que no te comes un niñito... engoldas... y... me degalas un helmanito?.....

En el parque del Toledo, antaño cuando yo era muy joven y comenzaba mis idilios y felices desengaños amorosos, vi un grupo de niños jugando en el sube y baja y los columpios, con la torpe alegría que los caracteriza uno de ellos se golpeo la cabeza en el vengativo sube y baja que cansado de tanto desequilibrio cobró venganza en la testa del pobre niño, no se dejó esperar el doloroso llanto agudo y entrecortado con algunas brusco aspiraciones interminables, al poco rato un fino hilo de sangre corrió por su frente, llego a sus sienes y se confundió con el sudor de sus patillas. La situación no fue tan grave como el dolor y el susto, cuando de entre los niños que ya habían rodeado al herido se oyó una voz diciendo:
- Uuuuuucha, uuuuuchaaaa, sia roto su cabeza...!!!

De pronto el llanto cesó en seco, el niño limpio las lágrimas de sus ojos y miró a un lado y luego al otro, se puso de rodillas y comenzó a buscar sin decir nada a nadie, todavía aspirando por la nariz de rato en rato los restos de su llanto.

- Que estas buscando... Martín, vamos a tu casa...
- Nooo..., ayúdame a buscar los pedazos de mi cabeza, que mi mamá me va a pegar si llego incompleto...