La respiracion agitada,
mi piel aun tiembla,
remecida por tu presencia
que a mi llega,
como un fantasma,
materializada de la nada
y capaz de crear el deseo,
estremeciendo mi esencia de hombre
y dejando fluir los instintos.
Te huelo, te escucho,
te siento en esta atmósfera.
Sin pertenecerte y sin que me pertenezcas,
te alcanzo,
apenas te rozo,
y te dejas..
Descubrimos que somos iguales
que queremos lo mismo
y que juntos podemos liberarnos.
Ya no solo te deseo.
Ahora te toco. Te siento.
Estoy en ti, estas en mi.
Bailamos.
Tus caderas se mueven
al ritmo de los cuerpos,
ese al que se entregan,
luego de descubrirse y descubrir,
rincones secretos,
donde se esconden las ganas
postergadas en el tiempo.
Sigo cada movimiento tuyo,
asciendo, avanzo, crezco, me transformo.
Y me aceptas para ti.
Sabes que este es nuestro ritmo,
nuestra musica,
creada al ritmo de las voces,
hechas susurros y promesas de amantes.
Quiero sigas bailando,
para mi, en mi.
Te entregas y así me llevas,
elevandome y dejándome caer.
En una mezcla de realidad y sueños,
embriagados de placer,
simplemente locos.
Te miro y sabemos
que esto es solo por hoy
y sin embargo,
queremos detener el tiempo.
Para prolongar las caricias,
los roces,
los movimientos.
Para prolongar las sensaciones,
la entrega,
el deseo hecho carne
y la carne,
transformada en sudor.
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