Inicio / Cuenteros Locales / Soli / La razón de por qué huyo de ti
Lo siento: pensé que eras un extraterrestre dormido y te traté como tal; es decir: traté de despertarte dándote todo lo que podía sin aceptar nada a cambio y consideré que por estar yo despierto eso era lo correcto. y esa fue mi locura.
Abandonado por ti me paseo como siempre de un lado al otro sin sentido, completo. Siendo con que continúas dormida, para mí no habías sido más que un sueño inexistente, frágil; tan frágil como lo que es una vida que puede fácilmente ser barrida por una tormenta: Y, a mí esas cosas me exasperan. Como me exasperan igualmente las lágrimas en el momento y en el temor de la muerte: es ahí cuando los dormidos son arrasados por la tormenta y como no tengo compadecimiento en lo que no es un padecimiento sino una puerta en donde se abren las compuertas por toda una vida cerrada parezco frío, me vuelvo frío: y no soy frío
No lloro ante esas cosas: ese teatro del padecimiento me exaspera: la vida es demasiado terrible para preocuparme en una sola cosa que se ahorra todo su momento y vitalidad para una mueca ante la sensación del vacío: de ese vacío que arrebata: no sufriré contigo y no soy frío.
Pero siento frío en este momento, un frío que se cala en mis huesos; el frío usual que siempre siento cuando no sé si estoy haciendo alguna cosa bien o mal.
El error es mío por descartarte por estar dormida, incluso así puedes enseñarme alguna cosa. Mientras huyo veo que puedes mover estrellas: espíritus malignos que en tu furia ensañas contra mí, en los cielos de la noche y en las sombras constato sus figuras, me estás mostrando tu musculatura y contento palidezco. porque te ves más fuerte y te ves más hermosa odiando que amando..., y todos necesitamos ejercicio.
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Texto agregado el 23-08-2005, y leído por 155
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