El mundo de afuera está madurando; se sienten nuevos colores en el aire como el aroma de un fruto maduro. Definitivamente todos tenemos derecho de vivir y todos podemos tener más sin la necesidad de que la mayoría tenga menos. "Pero yo me basto con lo suficiente... pasearme en la ciudad y sentir los aromas de la gente, sin búsqueda alguna, mero hedonismo olfativo, mero gusto de vivir sin necesidad de estar arrebatando.
Satisfechos, y sabiendo que están satisfechos, me vuelvo viento; viento que se pasea en el aire transcribiendo los olores, los colores, impregnando sensaciones, habitando mundos paralelos... ajado mi cuerpo que está hecho de pura mente, mis paridos vuelan por el aire, encuentran, hurgan, sucumben, se vuelven pluma de paloma; mueren y yo los dejo morir; reviven en mí y yo me vuelvo más y más... con cada encuentro extraterrestre.

Que el paseo se convierta en una aventura energética no es mucho pedir, es mejor que sacar a pasear a un cadáver en un mundo al revés, es mejor que esa desagradable sensación de quedarse sin voz, de sobrevivir desmintiendo lo que los ojos ven, de ceder al engaño y a la mentira siendo uno más sin la posibilidad de no serlo... el mundo de los privilegiados es una basura porque necesitan crímenes para mantenerse y no hay placer de estar en él, pura estupidez sin ningún talento que no sea el ocultamiento, el ocultamiento de la verdad, la práctica de la mentira y del fingimiento y el extraño lujo de la evasión.

Donde la gente es, porque no están sujetas a restricciones; sencillamente: donde la gente se puede ver sin máscaras para ocultar la hipocrecía de nuestros corazones ni etiquetas para no ver a los demás o ver otras cosas en la gente; es donde uno puede pasearse sin distinciones y ser realmente uno mismo en plena actividad energética - chacral.

Para decirlo de otra manera: ese arte de sucumbir constantemente al que llamamos sobrevivir, y, lo que es peor: sobrevivir hipócritamente agarrándose desesperadamente al salvavidas de la apariencia... a ese cotidiano mentir.
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El paseo perfecto es donde la invisibilidad tiene mi nombre: nadie me siente, pero yo los siento a todos; invisible doy, pero doy sin que se me sienta, como un mosquito inyectando primeramente un analgésico; cuando me sientes y te volteas ya no estoy, pero estuve ahí hace un segundo que he dejado atrás, mera sensación que tiene forma y penetra en quien lo ve, mera forma dejada atrás por Mí que invade huesos, sistemas nerviosos, sueños... voz en el cerebro, alucinación precoz, luna, voz de luna, laguna y tormenta. Charco, periódico de papel, voz y secustros, antiguos raptos griegos, cronos y el tiempo, lectura total, fatal... por breves momentos... gárgola viva, gárgola vivaq que te ve y se fué a otros rumbos a otros paseos, segundos, segundos dejados atrás por mí que se pasean en ti, muy queridos desconocidos de este otro hubo una vez.