Ayudaremos en el parto aunque nos lleve mil años - dijo el mayor confiado en su poder y en el poder de los experimentados y, siendo un hombre que no existe y, que a veces sólo existe en su desintegración, se colocó a sí mismo en la fatal y tan conveniente posición del mandamás.

Lo ví como hormigas del televisor cuando no hay canal en un sueño más real que la realidad misma - murmuró Clarisa ante el espejo de la única sala de baño de su estudio como para retener la imagen para el resto del día y lograr así entretenerse en algo en un absurdo día de sol.


Las ciudades de antaño desaparecen en el aire enviando sus energías al continente en donde las olas chocaron. Hay momentos en los que todos se pasean por la calle y hay momentos en los que no hay ninguno: los experimentados saben que una energía aparecida en el aire hace que converja sobre ella todos con quienes esa misma energía se retroalimenta; debido a que energías de este tipo son "demasiado" su misma presencia llama a todos aquellos con los cuales se satisface, satisfecha desaparece: ha dejado su intención, y cada uno de los convergentes desaparece por su lado satisfecho con la sobra o con la falta.

La dialéctica de la Raza, conlleva a callejones sin salida en cuyo extremo aparecen bombas para arrojarlas sobre los demás. Recuerden que en la punta de una pirámide cabe sólo Uno y toda dialéctica piramidal, es decir: toda dialéctica mesiánica que se da mediante comparación y eliminación os lleva a Él, a ese Uno, a vuestro Rey. Como el mundo se ha hecho pequeño y todos somos capaces de urgar en los culos mutuos, parecemos querer urgar hasta que quede sólo uno. Aburrido un mundo en el que no tenemos a quien más sobre quien arrojar nuestras bombas. Con las bombas en la mano nuestro Rey perderá su voz y nosotros las ganas de pedirle algo, a pesar de que esa sea nuestra única posible función.