Están desesperados, lo siento como se me bloquea el pensamiento; creen que he hecho las cosas bien para ellos - ya no justifico esa tendencia a pensar que se hacen las cosas para los demás - pero creen que he hecho las cosas bien para ellos y, sin que yo me de cuenta me pagan con una de esas monedas de mis segundos robados y degeridos por ellos y me la introducen como quien mete una moneda en un cochinito de cerámica. Aparecen las otras voces - aquellas que no me gustan - y me bloqueo del contacto con mi propia interioridad. No sé lo que me sucede hasta que lo descubro: creen haberle dado a quien de sí mismo se alimenta y bloquean.

Mi parte sádica me dice que los continúe encerrando en la ilusión, me dice que tengo fuerza para aguantar lo que sea; que juegue con ellos como el gato que juega con el ratón, que les permita creerse el gato - Los Juegos de la "Fuerza" - que les permita creerse el gato - los juegos de la fuerza -.

¿Quien activa las reacciones ejecutando su propio movimiento?: El Asesino.

Ensangro la noche y con mis ojos me veo en otro lugar. Encuentro una frase que me retrotrae a este momento: "Los primeros colores, el primer beso" Pienso que el primer beso son los primeros colores de un aquí. Concibo que los primeros colores es el primer beso de una realidad. El saludo a un largo estado... el primer beso... Recuerdo muchos besos, cada cual me concedió una forma y una vida en un aquí. Soy dueño de todos mis aquís. Durante la noche, en diálogo con espíritus muchos cuerpos retornan a mí curiosos por este mundo. Nos lo explicamos con una sola voz. Esperanzados, los Desesperados creen que yo los llevaré a mundos que una vez fueron y que ahora hacen parte de mí.