Pulgarcito se volvió chiquitico y casi que desapareció. A pesar de que estaba ahí nadie lo veía. Comenzó entonces a esconderse entre las matas y de noche silbaba un sonido muy particular cuyo objetivo era alumbrar algunas de las estrellas y pararle las orejas a los perros que ladraban contentos en la noche sin cesar.

Nadie sabía quien era el padre de Pulgarcito, algunos decían que era el viejo brujo de la choza de allá. Otros decían que Pulgarcito se había hecho chiquito por cuenta propia. Y todos sabían que el viejo brujo de la choza de allá no diría ni una palabra al respecto. Lo cierto es que Pulgarcito se volvió tan pequeñito que finalmente desapareció por completo.

lo buscaron entre las matas, en la sopa, bajo las piedritas de los ríos. Lo buscaron en todas partes, pero Pulgarcito no apareció.

"¿Dónde estará Pulgarcito?" - se preguntaban los ñiñitos y los perritos, pero no había siquiera una simple explicación. Ahora los ñiñitos lloraban en las tristes noches sin estrellas canturinas y los perritos gemían en congoja absoluta y total. Mataron y quemaron al viejo brujo y sobre su tumba colocaron la palabra "Criminal".

Pero lo cierto, lo cierto de verdad, es que más nunca se supo nada de Pulgarcito.