En las noches silenciosas cuando solo se escucha el viento cantar a mi ventana, espero sentir tu abrazo calido para que caliente mi fría alma llena de dolor, destrozada por el mundo, por las criticas constantes a mis razones e ideas; me sumerjo en tu recuerdo para sobrevivir, al sentirte cerca avanzo un paso mas pesadamente pero avanzo a lo desconocido, a ciegas por que sin ti, sin tu luz no se ver mi camino.

Sentada con mi lápiz en la mano dibujo garabatos en las hojas en blanco tratando de describir lo que siento, pero no puedo, al cerrar los ojos veo vació, veo soledad, siento tu ausencia y me pongo a temblar; huelo el perfume de lluvia cuando esta cae y humedece la tierra, entonces recuerdo cuantas veces jugábamos bajo ella sintiéndonos parte de toda la naturaleza, ahora hasta ella esta incompleta sin ti.

Me dan vueltas las ideas y aun nada claro, quiero escribir de ti, de lo que me hacías sentir, de lo que vivimos, de lo que siempre nos prometimos, pero desde el momento que no te siento cerca el olvido se apodera de mi mente y esta se vuelve una mas de las hojas en blanco que tengo sobre la mesa.

Se comienzan a derramar como baldes de agua fría las lagrimas y no intento pararlas porqué deben fluir y sentirse libres, deben irse para liberarme del dolor que siento ahora, no concreto en mi ninguna tan sola imagen de tu sonrisa cerca y eso espanta cualquier señal de alguna sonrisa mía.

De noches de insomnio y recuerdos, lo que me mantiene con vida son tus palabras en mi oído, tus manos en mi piel, suaves, tus labios besando mi cuello hasta llegar a mi boca. Tu furia tirando mi cuaderno al suelo. Tu mirada fija en tu reflejo de vos en mis ojos. Todo tu deseo a través de los movimientos más sensuales y placenteros de tu cuerpo. Hasta que satisfecha mi mente de tan fugaz reencuentro vuelvo a mi escrito vacío, vacío … anónimo de vos. De tu ausencia en mi presente, de tu eterna ausencia en mi eterno presente. Y de tu húmedo cajón y de mi más triste narración.