Partir la naranja en trozos pequeños
Oler sus dulces vetas de acidez
Hace recordar tan deliciosos
Momentos de la niñez.

Cuando enjuagados en risas
Aquellas travesuras de niños vivaces
Diseñadores de estrategias lúdicas
Mofas para adultos mordidos en vejes.

Pasaban los días con emoción
En diluvios de saltos, inquietas alucinaciones
Grupos sin calificadores sin demonios sociales
Hurgaban las fronteras en casas de árboles y autos veloces.

Todo por una naranja perfumada
Por cada gajito que produjo mi llanto
Envolviendo en la distancia de un sueño
Involuntariamente guardado.