-Me dice el mono que quiere irse contigo, que te echa de menos y que no se puede dormir.
¿Eso dice?
-Sí...
(...)
-Oye..¿te dormiste?
Una voz gutural que tal vez ya casi llega desde otro tiempo u otro mundo y dice: No..
-Es que no me puedo dormir. Perdona que te moleste... pero echo de menos al mono.
(...)
-Vale, así sí que no puedo. Imposible.
¿Así cómo?
-Escuchando los sollozos del mono. No acaba de calmarse.
¿Calmarse?
-Sí.. ¿acaso no lo viste antes? ¿No te dieron pena sus gritos desesperados, histéricos? ¿No viste cómo se aferraba desesperadamente a tu brazo cuando intentabas pasármelo, y pataleaba y lloraba y decía que no, que no, que no quiero irme? Aún te echa de menos.
Texto agregado el 23-08-2005, y leído por 223
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