Se desborda el manto
de hilos pintados con magia.
No más sombreros
ni corsé de ballenas.
El pacto secreto se desvanece.
los pájaros se ahogan en el río
los alquimistas hablan
sobre la ciencia inútil
y nosotros... solos.
Se van sucediendo las fatalidades
una a una van cayendo sobre mí
como fragmentos de espejo roto.
Tu sonrisa me acompaña en la muerte
como la anestesia al dolor.
Las miradas ocultas
bajo las tablas del piso
en las ventanas
en las paredes
me ven pasar en silencio
rodeado de gatos y monjas
rumbo a un destino incierto
premonición de un trasmundo.
Las cortinas que revolotean al viento
conocen de mi ruptura
y entre las paredes dibujan
el adiós
la despedida.
Los hilos que bordaban el sueño
se deshilvanan
y vuelven a sus carretes.
Los caminos terminan
y hay que regresar en ataúd a casa.
Mis recuerdos reclaman
para descanso de ambos
al menos un buen epitafio: