Como explicarnos una sensación desconocida llena de tristeza.

Ese malestar interno de pensar en un sentimiento perdido , en algo que deseamos exteriorizar pero las dudas sobre si es correcto o no y las preguntas internas , nos lo impiden .
Esa mezcla de ayunos ,de sabores metálicos en el paladar y de aire en el estomago. El ver a la muerte como una maldición inesperada y no como parte de la vida misma .
Porque un frente tiene su lado opuesto. Ese que nunca vemos ni percibimos ,quizás a veces imaginamos como sería ,pero hasta que no nos visita no lo alcanzamos a entender.

Ahora cuando nos enfrentamos y no encontramos las respuestas a tanta angustia ,a ese arrebato de dolor que nos invade hasta los pulmones entrecortando la respiración .

Ese momento de total vulnerabilidad ,donde caen a nuestro lado las corazas que alguna vez construimos , para mantenernos al resguardo del dolor ajeno. Somos títeres de emociones ocultas e involuntarias , payasos de mímica fría .

Es en ese preciso instante ,donde se nos hace propio .
Aquel miedo que antes veíamos a la distancia se adueña de nuestra persona ,volviéndonos una mueca de sentimientos controlados.

Situaciones , proyecciones de una ida ,diapositivas matizadas en grises . Descoloridas . Los colores se perdieron , representan la vida y es en este momento cuando más sentimos su ausencia .

Uno no puede sentir el propio dolor de su partida . No puede llenar los espacios vacíos que acaba de crear.
Siempre se aprende .
Aprendemos mirando y atreves de acciones.
Prueba y error nos enseñaron ,pero se olvidaron decirnos que existen leyes .Veces que el desafío es por única vez ,donde las segundas chances quedan para otro tiempo .
Lo único que nos queda ,que mantenemos, es un álbum ,fotos abstractas de color
gris.

El dolor por lo ajeno no existe .
Es propio .

Y hoy ,, es demasiado tarde ...