Aquellos vagabundos
envueltos en harapos
y de regia presencia
que solemnes bailaban
vertiginosa danza
que sólo haber podían
aprendido del viento,
burláronse de mí
al conocer mi origen
y dijeron que el extenso
imperio de los sueños
no incluía tal lugar.
Mas gané su respeto
al nombrar mi destino ,
que si no conocían ,
bien podían soñarlo.
Me despidieron mudos
y después del silencio
siguieron con su danza
aprendida del viento.
Texto agregado el 22-08-2005, y leído por 164
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
10-01-2010
Lo felicito. De verdad, este escrito está hermoso. María.- Maria-del-Mar
06-09-2006
Un poema bello en su realidad algo realista.***** --Danae--
27-08-2005
y algo que raya en lo cotidiano, lo mágico... o lo absurdo, se transforma desde tus letras. genial amayrany
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