Es temprano, es que ha amanecido. A tomar desayuno.
Te acuestas, duermes y al dormir terminas soñando las más descabelladas y bellas idioteces; hay otros días en que nada sueñas y duermes como un verdadero tronco. Muy natural. Tus pupilas titilan con los rayos del sol, estos son muy fuertes, demasiado juguetones, más de lo que puedes soportar durante ese momento mefítico en que renaces desde las sábanas para seguir viviendo como siempre.
Te cansas de ellos: cierras los ojos nuevamente, pero resulta que tampoco disfrutas cerrándolos. Bueno, pero ¿qué le vay a hacer? El Nirvana es un lindo lugar, pero queda demasiado lejos, pa más remate, el subsuelo te atormenta más que te ayuda. En una de esas es más fácil morirse que estar viva. El mundo es muy poco ¿te quedarías ahí? Eres una vaga que anda dando bote por todas partes.
Ayer estabas de lo mejor, vivías feliz, pero mientras más te miraba me di cuenta que ese desdén persistía y ese desgano que reflejaban tus maltratadas manos (por lo mucho que haces), demostraba que la cosa no mejoraba.
Piensas que el mañana es mejor, pero resulta que es igual o peor que el ayer: Es esa angustia, esa angustia de no saber qué chucha hacer o qué matar para que tu sonrisa vuelva a brillar como recién limpiada con escofina. En una de esas es más fácil estar muerta.
Bueno y… despiertas, el sol te mutila y te grita para que la máquina continúe funcionando. Te han puesto más combustible. ¡Vamos, que lindo el solcito, las flores tienen brotes nuevos y están más lindas que ayer! (idiota, la maldita flor sigue igual que siempre, es el afán optimista…).
“Tengo ganas de comer cereales, mmmm los platos, los platos…, están en aquel estante ese; ese verde está bonito, comeré ahí.” La emoción de empezar un nuevo día es muy bella, pero siempre hay algo que destiñe el cuadro. “Chucha, se me quebró, ahora el suelo está lleno de verde trizado, necesito una pala para borrar el frustrado pseudo desayuno ¡Auch, eso dolió! Me he enterrado un verdecito en la planta del pie.” Te das cuenta que la cosa no mejora y recuerdas: Es más fácil estar muerta que con tu pena sangrando...
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